Cada año, el alquiler de pisos o apartamentos por días o por semanas está más demandado en los principales destinos turísticos de cualquier parte del mundo, a su vez han aumentado los problemas en la convivencia vecinal.
El pasado 19 de mayo el Pleno de la Sala Civil y Penal del TSJ de Cataluña dictó una sentencia en la que establece que esta actividad suponga una actividad contraria a la convivencia normal en una comunidad de propietarios y que para que se considere anómalo o antisocial debe haber conductas que se consideren incívicas o problemáticas.
Vecinos en contra del alquiler de pisos turísticos
Toda este proceso comenzó en Barcelona, en el 2012, dónde un grupo de vecinos denunciaron a un grupo de propietarios de su edificio por alquilar sus viviendas para fines turísticos, alegando que causaban continuas molestias.
El 20 de septiembre del 2012 el Juzgado de Primera Instancia nº 32 de Barcelona dio la razón a los vecinos, declarando que esta actividad era molesta para los vecinos, llevando al uso excesivo de las zonas comunes y, por lo tanto es contraria a la convivencia normal de la comunidad, así que se condenó a cesar dicha actividad.
Posteriormente, la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, el 13 de febrero de 2015, estima parcialmente el recurso contra la sentencia de instancia, revocando únicamente dicha sentencia en cuanto a las costas. Los propietarios de los pisos turísticos afirman que la legalidad vigente diferencia entre los apartamentos turísticos y las viviendas de uso turístico y que no hay pruebas de que los turistas ocupantes o huéspedes hayan provocado robos o peleas u otras actividades reprobables.
Recientemente, la patronal de apartamentos turísticos Apartur (Barcelona), ha promovido una iniciativa pionera que consiste en instalar sonómetros en los pisos turísticos para prevenir las posibles molestias por ruidos que los turistas puedan generar al resto de los vecinos. Estos sonómetros permitirán al propietario controlar en tiempo real el nivel de decibelios que hay en cada apartamento. De esta manera, pueden actuar antes de que situaciones «potencialmente molestas» acaben en disputas con el resto de los vecinos.
Para llevar a cabo la colocación de un sonómetro en un piso o apartamento antes hay que solicitar y entregar una serie de documentos y permisos legales, justificando para qué fines será utilizado tanto el sonómetro como la vivienda que se va a alquilar.
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